Hace muchos años, cuando fui maestra en el RENA, conocí una niña maravillosa: Alejandra. Teníamos muchas cosas en común, pero sobre todo, una amistad que fue floreciendo a lo largo de los años. A pesar de que éramos maestra-alumna, tuvimos la sensibilidad de contar la una con la otra y poder brincar esa línea que nos separaba. He tenido la dicha de estar en momentos muy importantes para ella, por ejemplo, el día de su examen profesional. Ese día fue simplemente hermoso...lloré de alegría y felicidad y por poder ser parte de eso.
Alguna vez hicimos un pacto de "adopción" y desde entonces se convirtió en mi hija putativa (para los que no saben, significa:
putativo, va.
1. adj. Reputado o tenido por padre, hermano, etc., no siéndolo.
(Fuente: RAE)
Y ella, también ha estado en momentos muy significativos, como cuando me separé de tu papá, mi cambio de casa, nuestras escapadas anuales a la Feria del Libro en Minería y, por supuesto, todo mi embarazo y cuando naciste...
Ella y su novio (Choncoa, que también fue mi alumno), vinieron a conocerte y te trajeron algunos regalitos.
Espero que siempre puedas ver a Aletz como tu hermana, una niña que siempre te querrá y cuidará de ti y visceversa...
Ale y Choncoa...