Tus primeras hora en casita...

Tal vez no la había mencionado, pero naciste un miércoles, en la madrugada. Estuvimos todo ese día en el hospital y al siguiente, jueves, nos dieron de alta más o menos al mediodía. Tus abuelitos fueron por nosotros para llevarnos al IMSS para registrarte y que te pusieran tus vacunas. Llegaron más o menos a las 12:30 y nos fuimos como a la 1. Primero pasamos a casa de tus abuelitos (los papis de tu papi) para que te conocieran, ya que ellos no habían podido ir al hospital. Estuvimos un ratito ahí y después nos fuimos directamente al IMSS y, afortunadamente no había mucha gente!!! Así que pudimos hacer los trámites rápidamente. Lo que sí se tardó fue lo de tu vacuna, porque había que esperar un poco. Mientras te di de comer y me sentía un poco rara, pero no me importó en ese momento. Como que el asunto de la lactancia lo tenía bien superado...Salimos y nos fuimos a la casa de tus abuelitos para comer, porque ya eran como las 4 y moríamos de hambre. Estuvimos un rato ahí, tomando fotos, cargándote, comiendo y finalmente nos fuimos a casita. ¡Por fin!
Te instalamos con tu moisés en una de las sillas del cuarto y nos dispusimos a descansar un poco, porque estábamos exhaustos después de tanta emoción. No fue fácil, porque despertabas más o menos cada 3 horas para comer. Te cambiábamos antes de cada toma para que estuvieras a gusto y cuídabamos que no se te tapara de cordoncito para que se secara bien y no tuvieras ningún problema. Hacía bastante frío porque ya era noviembre y le dije a tu papá que teníamos que comprar un calentador porque si no, íbamos a congelarnos...jajajaja!!! Pero eso lo haríamos después...
Tu papá me regañaba porque no te dejaba dormir y te despertaba para comer, pero yo le decía que era importante que comieras...porque siempre te quedabas dormido en las tomas y fue algo que me empezó a preocupar, porque sentía que no comías lo suficiente. Por eso, y ese fue un gran error, he de confesarlo, te empecé a meter fórmula en la noche, para que te alimentaras bien (según yo). Pero uno no experimenta en cabeza ajena y pues, así pasó contigo esas primeras horas en la casa.